05/10/2024
Diego Korol habló de su nueva vida en España y de las diferencias con el fútbol argentino: “Acá, ir a la cancha es como ir al teatro”
Fuente: telam
Un año y tres meses después de armar las valijas para aventurarse en su “nueva vida”, el periodista y conductor hace un balance y repasa sus días en Madrid
>El 17 de junio de 2023, el periodista y conductor Un año y tres meses después de armar las valijas para aventurarse en su “nueva vida”, el exintegrante de VideoMatch y de Peligro Sin Codificar, hace un balance y se dispone a contar cómo son sus días en Madrid. “Lo que más extraño son familia y mis amigos. También ir a la cancha a ver a la Selección”, anticipa Diego que, desde que pisó el viejo continente, dejó de ser “famoso”. “Acá no me conocen. Salgo a la calle y nadie me saluda ni me pide una foto. Si sucede es algo muy eventual”, dice y se ríe.
—Te fuiste con trabajo, ¿a qué te dedicás?—Hay muchos jugadores argentinos en España. ¿Eso suma a la hora de hacer tu trabajo?
—Claro, dejaste de ser “famoso”. ¿Qué se siente?
—Exacto. Cuando tomé la decisión de venir a España entendía que, después de muchos años de televisión y de radio en Argentina y, de cierto reconocimiento en la calle, acá venía a ser anónimo. Salgo a la calle y nadie me saluda ni me pide una foto. Si sucede es algo muy eventual. Yo pongo de referencia a los padres de los compañeros de colegio de mi hijo, que son con los que convivo a diario. Yo nunca vine y dije: “Yo en Argentina era...”. Algunos lo fueron descubriendo, otros ni lo saben. Está bueno, pero no es para cualquiera. Cuando vos estás muchos años en la tele, para bien o para mal, empezás a moverte de otra manera. Acá soy uno más. Voy a un restaurante y tengo que hacer la fila, como cualquier hijo de vecino.—¿Qué es lo que más extrañás de Argentina?—¿Cómo se vive el fútbol en Madrid? ¿Es menos apasionado?
—¿Te hubieras animado a emigrar sin trabajo?
—No se lo recomiendo a nadie. Tenerlo te da tranquilidad. Nosotros, los argentinos, somos muy de la cultura del trabajo. Vos te sentás a tomar un café o una cerveza y hablás de tu laburo, de la guita, del aumento de algún servicio… Incluso estás todo el tiempo pensando en cómo generar cosas. Te voy a dar un ejemplo: acá, cerca del colegio de mi hijo, había un restaurante muy importante. Hace tres meses el dueño se jubiló y lo puso en venta. Nadie se lo compró y el lugar, que funcionaba muy bien, está cerrado. Yo le decía a los padres del colegio: “En Argentina algo así no lo dejan pasar. Lo agarran en grupo y lo levantan”.—Sí. Estamos muy metidos en lo que pasa. Te dan ganas de que las cosas funcionen y de que todos podamos vivir tranquilos. Porque yo estoy acá, pero allá están mis viejos, mis hermanos y mis amigos. Muchas veces la gente pregunta por la inflación y es difícil explicarlo.
—¿Preguntan por eso?—¿Tenés planeado volver a Argentina?
—Algo que aprendí acá es que la gente se mueve. Vos preguntás: “¿Che, qué te pasó con tal familia?” Y te dicen: “Se fueron a Alemania o Polonia”. En ese sentido, el argentino no se mueve tanto. De hecho, yo viví años en la misma casa. Originalmente, el plan era estar acá por lo menos dos años. Si me preguntás, creo que está bueno seguir experimentando. Nunca digo: “No volvería a Argentina”. Creo que es nuestro lugar. Incluso, en unos meses, vamos a ir de visita con mi hijo que quiere ver a sus amigos. Tengo todo para volver: mi casa, mi auto... Pero también tengo todo para estar acá. Siento como si en Madrid tuviera una casa en la Costa Atlántica. Esta es mi casa de la costa.Fuente: telam