05/11/2024
Qué pasa con el pelo y las uñas luego de la muerte
Fuente: telam
Expertos en dermatología y forense explican que la deshidratación y retracción de la piel crean la ilusión de crecimiento capilar y ungueal en cadáveres sin actividad celular
>Al pensar en lo que ocurre con el cuerpo después de la muerte, una creencia popular que persiste es la idea de que el Otro episodio que ayudó a popularizar este mito ocurrió en la televisión norteamericana en la década de los setenta, cuando el presentador Johnny Carson bromeó sobre cómo el cabello y las uñas “seguían creciendo durante tres días después de la muerte”. Aunque Carson hizo un chiste, sus palabras quedaron en la mente de muchos y reforzaron la creencia. En realidad, la idea de un crecimiento post mortem no es tan ilógica a primera vista: si el cabello y las uñas crecen mientras estamos vivos, podría parecer razonable que esa inercia persista un tiempo tras el último aliento. Sin embargo, el hecho es que esta imagen tenebrosa y persistente no tiene base científica.
A pesar de su popularidad, los especialistas en dermatología y ciencia forense han demostrado que este fenómeno no ocurre. La ilusión de crecimiento en realidad tiene que ver con el proceso de descomposición y los cambios que sufre la piel tras la muerte. Al investigar este fenómeno, los científicos han encontrado explicaciones biológicas que no solo desmienten el mito, sino que revelan cómo funcionan los cambios físicos en el cuerpo después de la muerte.El mito del crecimiento del cabello y las uñas después de la muerte podría deberse a la dificultad de entender los cambios complejos que ocurren en el cuerpo al fallecer. Al morir, el organismo deja de producir nuevas células debido a la falta de oxígeno y nutrientes, lo que detiene de inmediato cualquier proceso de crecimiento en el cuerpo. Pero, ¿de dónde viene la idea de que el pelo y las uñas siguen creciendo?Una razón posible es que, con el paso de las horas, el cuerpo empieza a perder humedad. Los tejidos blandos, como la piel, se deshidratan y se retraen, especialmente en áreas como las cutículas alrededor de las uñas y la piel del cuero cabelludo. Este efecto de retracción hace que las uñas y el cabello aparezcan más largos de lo que eran en realidad, dando la impresión de que han “crecido”. Aunque la idea de este crecimiento post mortem pueda parecer fascinante o aterradora, es simplemente una ilusión óptica.Cuando una persona fallece, el cuerpo inicia una serie de procesos conocidos como autólisis y putrefacción. La autólisis ocurre en las primeras horas después de la muerte y consiste en la destrucción de las células por las propias enzimas del organismo, debido a la falta de oxígeno. Esta etapa da paso a la putrefacción, en la que las bacterias comienzan a descomponer los tejidos, liberando gases y fluidos que causan la hinchazón y otros cambios visibles en el cuerpo.
Estos procesos afectan también la piel, que pierde humedad y se seca a medida que pasa el tiempo. La retracción de la piel es particularmente notable en las áreas donde se encuentran el cabello y las uñas, creando la apariencia de crecimiento. Aunque las uñas y el cabello permanecen intactos por un tiempo, eventualmente se caen junto con otros elementos del cuerpo, conforme la descomposición avanza.Para que el cabello y las uñas crezcan, es necesario que el cuerpo mantenga procesos metabólicos activos, específicamente en las células madre de los folículos capilares y en la base de las uñas. Estas células producen queratina, la proteína que conforma tanto el cabello como las uñas. Sin embargo, una vez que el cuerpo muere, el sistema circulatorio deja de funcionar, lo que interrumpe el suministro de oxígeno y nutrientes a estas células. Sin este soporte vital, las células mueren rápidamente y cesa cualquier posibilidad de crecimiento.El cabello y las uñas tienen otra utilidad importante tras la muerte: pueden proporcionar valiosa información forense y arqueológica. Por su composición resistente, el cabello puede perdurar incluso cuando el resto del cuerpo se ha descompuesto. Científicos forenses pueden analizar muestras de cabello para encontrar rastros de toxinas, sustancias químicas o información genética, lo que ayuda a entender más sobre las condiciones de vida de la persona antes de morir o a resolver crímenes.
Aunque el cabello y las uñas no crecen después de la muerte, es posible que su apariencia sea manipulada en ciertos contextos. En el proceso de embalsamamiento, los fluidos corporales se reemplazan con soluciones de preservación como el formaldehído, lo que ayuda a mantener el cuerpo en un estado estable para velatorios y entierros. Adicionalmente, se aplican productos en la piel para contrarrestar la deshidratación y, en algunos casos, se utilizan tintes y cosméticos para mejorar la apariencia del fallecido.
Estas prácticas no están relacionadas con el crecimiento del cabello o las uñas, pero ayudan a preservar la apariencia del cuerpo, retrasando los efectos visibles de la descomposición. Aun así, en condiciones naturales, la descomposición avanzará y eventualmente el cabello y las uñas se perderán.
Fuente: telam