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22/04/2025

Cómo es “La Carolina”, el pueblo peatonal en medio de las sierras que guarda la memoria de la fiebre del oro

Fuente: 1745324161

En pleno corazón de la provincia de San Luis, este pintoresco lugar ofrece el entorno perfecto para desconectar del ruido y sumergirse en la tranquilidad de la naturaleza

>En el vasto territorio argentino, existen destinos que ofrecen una experiencia única, perfecta para desconectarse del ajetreo urbano y sumergirse en un entorno de tranquilidad y naturaleza. Entre ellos, se encuentra La Carolina. Este pueblo ubicado en la provincia de Ubicado en las sierras, este rincón parece desafiar el paso del tiempo, invitando a quienes se aventuran a conocerlo a una pausa profunda, alejada del ruido y la agitación

Se encuentra a unos 900 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en la provincia de San Luis, en un entorno montañoso que forma parte de las sierras de los Comechingones. Este pequeño pueblo está situado a los pies del Cerro Tomolasta, dentro del departamento Coronel Pringles. Su ubicación privilegiada, entre las montañas, no solo le proporciona un paisaje único, sino también un ambiente de calma y aislamiento que la convierte en un destino ideal para quienes buscan alejarse del bullicio urbano.

La Carolina no solo es un refugio para los amantes de la historia y la naturaleza, sino también un punto de partida para explorar los secretos escondidos en el paisaje de San Luis.

Tiene sus raíces profundamente marcadas por la fiebre del oro que arrasó la región en el siglo XIX. Durante esa época, a partir de 1840, el descubrimiento de yacimientos auríferos en las sierras de San Luis atrajo a miles de mineros que llegaron en busca de riquezas.

La minería se convirtió en la principal fuente de vida para el pueblo, trayendo consigo una gran actividad económica y social. Y, a medida que la fiebre del oro se fue apagando con el tiempo, la población comenzó a decrecer, aunque algunos de sus habitantes lograron mantenerse en la zona. Aún hoy, la esencia del lugar sigue presente en los vestigios de las antiguas minas y galerías subterráneas que, además de ser un atractivo turístico, son un testimonio palpable de aquella época dorada.

El pueblo conserva una arquitectura muy característica, con casas de piedra construidas por los propios habitantes, que han logrado mantener el estilo colonial y la estética rústica que lo distingue. Esta singularidad arquitectónica no solo transmite el legado de su pasado, sino que también embellece el paisaje, integrándose armoniosamente con el entorno natural, dándole un atractivo especial a los viajeros que buscan una experiencia auténtica, alejada del bullicio de las grandes ciudades.

La Carolina no es solo un pueblo de historia; su entorno natural ofrece una variedad de actividades para aquellos que buscan aventura y conexión con la naturaleza. Los visitantes pueden participar en visitas guiadas por antiguas galerías subterráneas, donde conocerán cómo se extraía el oro en el pasado.

La naturaleza del pueblo también invita a la aventura. A solo unos minutos de ahí, se encuentran senderos para realizar trekking hasta el Cerro Tomolasta, desde donde se pueden apreciar vistas panorámicas impresionantes de las sierras. Para los que prefieren un ritmo más tranquilo, los paseos a caballo siempre son una excelente opción para recorrer los paisajes serranos.

Si uno partiera desde la Ciudad de Buenos Aires tendría que recorrer un largo recorrido, pero con una experiencia de desconexión que varios buscan. En auto, el viaje puede durar aproximadamente diez horas. Comenzando por la Ruta Nacional 8 hasta llegar a Colón, desde donde se sigue por la Ruta 50, se conecta con la Ruta Nacional 7 y, finalmente, se toma la Ruta Provincial 9 que lleva directamente al destino.

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