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07/03/2025

Los 70 años de Aníbal Pachano: “Me pone feliz decir que tuve una vida plena”

Fuente: telam

El coreógrafo, que nació el 7 de marzo de 1955 en Tostado, Santa Fe, hizo un balance de su historia y se mostró satisfecho de su recorrido a pesar de las dificultades

>“¡Yo estoy fenómeno! Y me parece que está re bueno este momento, porque nunca pensé llegar hasta acá. Y, sin embargo, hoy estoy traspasando la séptima década”, dice Aníbal Pachano. Nació el 7 de marzo de 1955 en Tostado, provincia de Santa Fe. Y, tras varias mudanzas derivadas de los problemas económicos de su familia, desembarcó en Buenos Aires donde se recibió de arquitecto y se formó como bailarín y coreógrafo. Fue el creador de los Botton Tap junto a Ana Sans, con quien estuvo casado por más de una década y tuvo a su hija Sofía. Y no solamente tuvo que enfrentar al HIV en un momento en el que esta enfermedad era un tabú para la sociedad, sino que también tuvo que pelear contra el cáncer. Sin embargo, en el día de su cumpleaños número 70, se muestra feliz y agradecido de la vida.

—Viajé con mi hija y mi yerno, Santiago Ramundo, a Nueva York. Así que lo voy a pasar en familia. Y la idea es ver algún cabaret esta noche...

—La verdad que sí. Porque creo que he tenido una vida de la que no me puedo quejar. Me ha tocado pasar por un montón de momentos complicados. Pero no me queda la sensación de haber vivido cosas negativas. Yo he sido siempre un niño positivo, a pesar de todo lo que transité. Y lo aprendí de chiquito de mi viejo, de mi vieja y de todo lo que nos pasó. Las 33 mudanzas, la llegada a Capital que fue como un shock...Y el hecho de generar una historia de casi 60 años acá, que es mucho para haber nacido en Tostado y, entre los 6 y los 12 años, haber pasado por Santo Tomé, Santa Fe, Villa Carlos Paz, Córdoba...Pero, ¿querés que te diga algo?

—Igual siento que tuve una vida llena de cosas positivas. Yo siento eso. Porque todo lo que hago tiene que ver con esa infancia. Y en este momento, cuando estoy cumpliendo años, hago un balance y digo que no tengo de qué quejarme. Al contrario, creo tengo que agradecer por todo lo que me pasó.

—¿Aún teniendo en cuenta que ha atravesado situaciones muy difíciles de salud?

—Usted contó que, a partir de ese diagnóstico, descubrió que se enojaba mucho...

—¡Es verdad! Ahora estoy menos enojón...Pero, en realidad, eso venía de familia: mi viejo era re “caracúlico”. Y yo tengo mucho de mi viejo. Él me marcó. Porque, además, era un papá muy grande: tenía mi edad cuando yo era chico. ¡Era como mi abuelo!

—De hecho, a mis abuelos casi no los conocí. A mi abuelo paterno lo vi por última vez cuando tenía 5 años. Y a mi abuelo materno, que murió en Laguna Paiva, donde se filmó la película Evita de Alan Parker en la que yo muchos años después dirigí la puesta de escena de la avant première, apenas lo conocí. Pero lo vi pasar hacia el cementerio en la misma carroza que usó Madonna, por esa ruta. ¿Qué loco, no? Cómo a veces algunas cosas se unen sin que te des cuenta. Todo lo que me pasó ha sido tan explosivo y maravilloso a la vez.

—Lo peor que le puede pasar a alguien es no haber vivido, ¿no le parece?

—¿Hay algo de lo que se arrepienta?

—No. Cuando suceden las cosas, es por algo. Y uno es parte. Incluso con el HIV, uno es el que tiene que cuidarse, más allá de que el otro tiene el 50 % de la responsabilidad. Entonces, tiene que ver qué le pasó internamente y no poner la culpa afuera. Yo me hago cargo de todo. Y me he hecho cargo de todo lo que me ha pasado. Pero también de lo bueno. Porque he sido muy meticuloso a la hora de estudiar. Llegaba a mi casa y me encerraba a hacer la tarea, para poder después tener un rato libre como para divertirme. Y ese orden es algo que me marcó mi vieja, que ponía un horario para el almuerzo, para la siesta, para los deberes y para salir a jugar en la vereda del pueblo. Eran otros tiempos...Pero no me puedo arrepentir de nada de lo que transité en estas siete décadas.

—Haber seguido dos profesiones, la arquitectura y el arte, gracias a mi vieja que me dejó volar y a mi viejo que me enseñó a ser un tipo derecho. Y, obviamente, haber tenido a una hija como Sofía, que fue producto de una unión de mucho amor y de una familia que, con sus vaivenes, se sigue sosteniendo hasta el día de hoy. En ese sentido, creo que hice muy bien los deberes.

—¿Tiene alguna asignatura pendiente?

—¿Y a nivel personal? Porque usted ha amado mucho, ha formado una familia y ha tenido a su hija pero no volvió a formar pareja...

Fuente: telam

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