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CULTURA

Osvaldo Soriano

Uno de los escritores argentinos más originales y celebrados de la actualidad, nació en
Mar del Plata en enero de 1943. Comenzó a trabajar en periodismo (Primera Plana,
Panorama, La Opinión) a mediados de los años '60. Su obra narrativa se concentro en
un conjunto de novelas dan de se combinan la sátira, el grotesco, la aventura, la política,la historia y una feraz crítica de costumbres. En 1973 publico su primera novela,
Triste, solitario y final, traducida a doce idiomas. Entre 1976 y 1984 se exilio en Bélgica
y París. En 1983 se conoció en Buenos Aires No habrá mas penas ni olvido, obra llevada al cine por Héctor Olivera, y que gano el Oso de Plata en el festival de cine de Berlin.
En 1983 se publicaron seis ediciones de Cuarteles de invierno, galardonada como mejor
novela extranjera de 1981 en Italia y llevada dos veces a l cine. Cuatro novelas mas (A
sus plantas rendido un león, en 1986; Una sombra ya pronto seras, en 1990; El ojo de
la patria, en 1992, y La hora sin sombra, en 1995) y cuatro volúmenes con sus mejores
crónicas periodísticas (Artistas, locos y criminales, en 1984; Rebeldes, sonadores y fugitivos, en 1988; Cuentos de los anos felices, en 1993, y Piratas, fantasmas y dinosaurios,
en 1996) habran de transformarlo en un clásico contemporáneo de la literatura argentina. Una sombra ya pronto seras fue llevada al cine en 1994 también por Hector Olivera. Murió el 29 de enero de 1997 en la Ciudad de Buenos Aires.

EI penal mas fantastico del que yo tenga noticia se tiro en 1958 en un lugar perdido del Valle de Rio Negro, en Argentina, un domingo por la tarde en un estadio vado. Estrella Polar era un club de billares y mesas de baraja, un boliche de borrachos en una calle de tierra que terminaba en la orilla del rio. Tenia un equipo de futbol que participaba en el campeonato del Valle porque los domingos no habia otra cosa que hacer y el viento arrastraba la arena de las bardas y el polen de las chacras. Los jugadores eran siempre los mismos, 0 los herman os de los mismos. Cuando yo tenia quince anos, ellos tendrian treinta y me paredan viejfsimos. Diaz, el arquero, tenia casi cuarenta y el pelo blanco que Ie ca ia sobre la frente de indio araucano. En el campeonato participaban dieciseis clubes y Estrella Polar siempre terminaba mas abajo del decimo puesto. Creo que en 1957 se habian colocado en el decimotercer lugar y volvian a sus casas ca ntando, con la camiseta roja bien doblada en el bolso porque era la uni ca que ten ian. En 1958 empezaron ganandole uno a cero a Escudo Chileno, otro club de miseria. A nadie Ie lIamo la atencion eso. En cambio, un mes despues cuando habian ganado cuatro partidos seguidos y eran punteros del torneo, en los doce pueblos del Valle empezo a hablarse de ellos. Las victorias habian sido por un gol, pero alcanzaban para que Deportivo Belgrano, el eterno campeon, el de Padini, Constante Gauna y Tata Cardiles, quedara relegado al segundo puesto, un punto mas abajo. Se hablaba de Estrella Polar en la escuela, en el omnibus, en la plaza, pero nadie imaginaba todavia que al terminar el otono tuvieran 22 puntos contra 21 de los nuestros. 1 Las ca nchas se Il enaban para verlos perder de una buena vez. Eran lentos como burros y pesados como roperos, pero marcaban hombre a hombre y gritaban como marranos cuando no ten ian la pelota. EI entrenador, un tipo de traje negro, bi gotitos recortados, lunar en la frente y pucho apagado entre los labios, corria junto a la linea de toque y los azuzaba con una vara de mimbre cuando pasaban por su lado. EI publico se divertia con eso y nosotros, que por ser menores jugabamos los saba dos, no nos expl icabamos como ganaban si eran tan malos. Oaban y recibian golpes con tanta lea ltad y entusiasmo, que terminaban apoya ndose unos sobre otros para sali r de la cancha mientras la gente les aplaudia e l 1 a 0 y les a lcanzaban botellas de vino refrescadas en la tierra humeda. Por las noches celebraban en e l prostfbulo de Santa Ana y la gorda Letic ia se quejaba de que se comieran los restos de l polio que e lla guardaba en la helade ra. Eran la atraccion y en e l pueb lo se les permitia todo. Los viejos los recogian de los bares cuando tomaban demasiado y se ponian pendencieros; los come rciantes les regalaban algun juguete 0 caramelos para los hijos y en e l c ine, las novias les consentfan caricias por enc ima de las rodillas. Fuera de su pueblo nadie los tomaba en serio, ni siquie ra cuando Ie ganaron a Atietico San Martin por 2 a 1. En medio de la euforia perdieron, como todo e l mundo, en Barda del Medio y a l terminar la prime ra rueda dejaron e l primer puesto cuando Oeportivo Belgrano los puso en su lugar con siete goles. Todos creimos, entonces, que la norma lidad empezaba a restablecerse. Pero e l domingo siguiente ganaron 1 a 0 y siguieron con su letania de laboriosos, horribles triunfos y lIegaron a la primavera con apenas un punto menos que e l campeDn. EI ultimo enfrentamiento fue histori co por e l penal. EI estadio estaba repleto y los techos de las casas vecinas tambie n. Todo e l mundo esperaba que Oeportivo Belgrano repitiera los siete goles de la primera rueda. EI dia era fresco y soleado y las manzanas empezaban a colorearse en los arbo les. Estrella Pol ar trajo mas de quinientos hinchas que tomaron una tribuna por asa lto y los bomberos tuvieron que sacar las mangueras para que se quedaran qu ietos. 2 EI referf que pito e l pena l era Herminio Sil va, un epileptico que vendfa las rifas de l clu b loca l y todo e l mundo entendio que se estaba jugando e l empleo cuando a los cuarenta minutos de l segundo tiempo estaban uno a uno y todavfa no habfa cobrado la pena por mas que los de Deportivo Belgrano se tiraran de cabeza en e l a rea de Estrella Po lar y dieran volteretas y ma labarismos para impresiona rlo. Con e l empate e llocal e ra campeon y Herminio Sil va que rfa conservar e l respeto por sf mismo y no daba pena l porque no habfa infraccion. Pero a los 42 minutos, todos nos quedamos con la boca abierta cuando e l puntero izquierdo de Estre lla Polar c lavo un tiro libre desde muy lejos y se pusieron arriba 2 a 1. Ento nces sf, Herminio Silva pen so en su empleo y alargo e l partido hasta que Padfn entro a l area y ni bien se Ie acerco un defensor pito. Ahf nomas dio un pitazo estridente, aparatoso y sanc iono e l pena l. En ese tiempo e l lugar de ejecuc ion no estaba sena li zado con una mancha bl anca y habfa que contar doce pasos de hombre. Herminio Silva no a lcanzo siquiera a recoger la pe lota porque e llate ra l derecho de Estrella Polar, el Colo Rivero, 10 durmio de un cachetazo en la nari z. Hubo tanta pe lea que se hizo de noche y no hubo manera de despejar la cancha ni de despe rtar a Herminio Silva. EI comisario, con la linte rna encendida, suspendio e l partido y ordeno dispara r a l a ire. Esa noche e l comando militar dicto estado de emergencia o a lgo asf, y mando a engancha r un tren para expulsar de l pueb lo a toda pe rsona que no tuvie ra apari encia de vivir a llf. Segun e l tribuna l de la Liga, que se reunio e l martes, fa ltaban jugarse veinte segundos a partir de la ejecuc ion de l tiro pena l y ese match apa rte entre Constante Gauna, e l shoteador y e l gato Dfaz a l arco, tendrfa luga r e l domingo sigui ente, en e l mismo estadio ya pue rtas cerradas. De manera que e l pena l duro una semana y fue, si nadi e me informa 10 contra rio, e l mas largo de toda la histori a. EI miercoles fa ltamos a l colegio y nos fuimos a l pueblo vec ino a curiosear. EI c lub estaba cerrado y todos los hombres se habfan reunido en la cancha, entre las bardas. Formaban una larga fil a pa ra patearl e pena les a l Gato Dfaz y e l entrenador de traje negro y luna r trataba de explicarl es que esa e ra la mejor mane ra de proba r a l a rquero. AI fin a l, todos tiraron su pena l y e l Gato atajo unos cuantos porque Ie pateaban con a lpargatas y 3 zapatos de ca lle. Un soldado bajito, ca llado, que estaba en la cola, Ie tiro un puntazo con el barceguf militar y casi arranca la red. AI caer la tarde volvieron al pueblo, abrieron el club y se pusieron a jugar a las cartas. Dfaz se quedo toda la noche sin hablar, tirandose para atras el pelo blanco y duro hasta que despues de comer se puso un escarbadientes en la boca y dijo: - Constante los ti ra a la derecha. -Siempre -dijo el presidente del club. - Pero el sa be que yo se. - Entonces estamos jodidos. - Sf, pero yo se que el sabe -dijo el Gato. - Entonces tirate a la izqu ierda y listo -dijo uno de los que estaban en la mesa. - No. EI sabe que yo se que el sa be -dijo el Gato Dfaz y se levanto para ir a dormir. - EI Gato esta cad a vez mas raro - dijo el presidente del club cuando 10 via sa lir pensativo, caminando despacio. EI martes no fue a entrenar y el miercoles tam poco. EI jueves, cuando 10 encontraron caminando par las vfas del tren estaba hablando solo y 10 segufa un perro con e l rabo cortado. - iLo vas a atajar? - Ie pregunto, ansioso, e l empleado de la bic icleterfa. - No se. iQue me cambia eso? - pregunto. - Que nos consagramos todos, Gato. Les tocamos el cu 10 a esos maricones de Belgrano. 4 - Yo me voy a consagrar cuando la rubia de Fe rre ira me quie ra querer - dijo y silbo al pe rro para volver a su casa. EI viernes, la rubia de Ferreira estaba atendiendo la mercerfa cuando e l intendente de l pueb lo entro con un ramo de flores y una sonrisa ancha como un sand fa ab ierta. - Esto te 10 manda el Gato Dfaz y hasta e l lunes vos decfs que es tu • nOVlO. - Pobre tipo -dijo ella con una mueca y ni miro las flores que habfan lI egado de Neuquen por el omnibus de las diez y media. A la noche fueron juntos al cine. En el entreacto el Gato sa lio al hall a fumar y la rubia de Ferreira se quedo sola en la media luz, con la cartera sobre la fa lda, leyendo cien veces el programa sin levanta r la vista. EI sabado a la ta rde, el Gato Dfaz pidio prestadas dos bicicletas y fueron a pasear por las orill as del rfo. AI caer la ta rde la quiso besar, pero ella dio vuelta la cara y dijo que el domingo a la noche, tal vez, despues que atajara el penal, en el ba ile. - iY yo como se? -dijo e l. - iComo sabes que? - Si me tengo que tirar pa ra ese lado. La rubia Ferreira 10 tomo de la mano y 10 Il evo hasta do nde habfan dejado las bicicletas. - En esta vida nunca se sabe qui en engai'ia a quien -dijo ella. - iY si no 10 atajo? - pregunto el. - Entonces quie re decir que no me que res - respo ndio la rubia, y volvie ro n al pueblo. 5 EI domingo del pena l salieron del club veinte camiones cargados de gente, pero la policia los detuvo a la entrada del pueblo y tuvieron que quedarse a un costado de la ruta, esperando bajo el sol. En aquel tiempo y en aquel lugar no habra emisoras de radio, ni forma de enterarse de 10 que ocurrra en una cancha cerrada, de manera que los de Estrella Polar estab lecieron una posta entre el estadio y la ruta. EI empleado del bicicletero subio a un techo desde don de se vera e l arco del Gato Draz y desde allr narraba 10 que ocurrra a otro muchacho que habra quedado en la vereda que a su vez transmitfa a otro que estaba a veinte metros y asr hasta que cada detalle Il egaba adonde esperaban los hinchas de Estrella Polar. A las tres de la tarde, los dos equ ipos sa lieron a la cancha vestidos como si fueran a jugar un partido en serio. Herminio Silva tenra un uniforme negro, destenido pero limpio y cuando todos estuvieron reunidos en el centro de la cancha fue derecho hasta donde estaba el Colo Rivero que Ie habra dado el cachetazo el domingo anterior y 10 expu lso de la cancha. Todavra no se habra inventado la tarjeta roja, y Herminio sena laba la entrada del tunel con una mano temblorosa de la que colgaba e l silbato. AI fin, la policia saco a empujones al Colo que querra quedarse aver el penal. Entonces e l arbitro fue hasta el arco con la pelota apretada contra una cadera, conto doce pasos y la puso en su lugar. EI Gato Draz se habra peinado a la gomina y la cabeza Ie brillaba como una cacerola de alumini o. Nosotros los veramos desde e l paredon que rodeaba la cancha, justo detras del arco, y cuando se coloco sobre la raya de cal y empezo a frotarse las manos desnudas, empezamos a apostar hacia donde tirarra Constante Gauna. En la ruta habran cortado e l transito y todo el Va lle estaba pendiente de ese instante porque hacia diez anos que el Deportivo Belgrano no perdra un campeonato. Tambien la policia querra saber, asr que dejaron que la cadena se relatores organ izara a 10 largo de tres kilometros y las noticias Il egaban de boca en boca apenas espaciadas por los sobresaltos de la resp irac ion. 6 Recien a las tres y media, cuando Herminio Silva consiguio que los dirigentes de los dos ciubes, los entrenadores y las fuerlas vivas del pueblo abandonaran la cancha, Constante Gauna se acerco a acomodar la pelota. Era flaco, musculoso y tenfa las cejas tan pobladas que paredan cortarle la cara en dos. Habfa tirado ese penal tantas veces - conto despues - que volverfa a patearlo a cad a instante de su vida, dormido 0 despierto. A las cuatro menos cuarto, Herminia Si lva se puso a media camino entre el arco y la pelota, se Il evo el silbato a la boca y soplo con todas sus fuerlas. Estaba tan nervioso y el sol Ie habfa mach acado tanto sobre la nuca, que cuando la pelota sa lin hacia el arco, el referf sintio que los ojos se Ie reviraban y cayo de espa ldas echando espuma por la boca. Dfal dio un paso al frente y se tiro a su derecha. La pelota sa lin dando vueltas hacia el medio del arco y Constante Gauna adivino ensegu ida que las piernas del Gato Dfal Il egarfan justo para desviarla hacia un costado. EI Gato penso en el baile de la noche, en la gloria tardfa y en que algu ien corriera a tirar la pelota al corner porque habfa quedado picando en el area. EI petiso Mirabelli Il ego primero que nadie y la saco afuera, contra e l alambrado, pero el arbitro Herminio Si lva no podfa verlo porque estaba en el suelo, revolcandose con su epilepsia. Cuando todo Estrella Polar se tiro sobre el Gato Dfal, el juel de Ifnea corrio hacia Herminio Si lva con la bandera parada y desde el paredon donde estabamos sentados olmos que gritaba "i no va le, no vale!". La noticia corrio de boca en boca, jubilosa . La atajada del Gato y el desmayo del arbitro. Entnces en la ruta todos abrieron botellas de vino y empelaron a festejar, aunque el "no vale" Il egara balbuceado par los mensajeros como una mueca at6nita. Hasta que Herminio Si lva no se puso de pie, desencajado por el ataque, no hubo respuesta definitiva. Lo primero que pregunto fue "que paso" y cuando se 10 contaron sacudio la cabela y dijo que habfa que patear de nuevo porque el no habfa estado allf y el reglamento 7 deda que el partido no puede jugarse con un arbitro desmayado. Entonces el Gato Dfaz aparta a los que querfan pegarle al vendedor de rifas de Deportivo Belgrano y dijo que habfa que apurarse porque esa noche el tenfa una cita y una promesa y fue otra vez bajo el arco. Constante Gauna debfa tenerse poca fe, porque Ie ofrec ia e l tiro a Padini y rec ien despues fue hacia la pelota mientras el juez de Ifnea ayudaba a Herminio Silva a mantenerse parado. Afuera se escuchaban bocinazos de festejo y los jugadores de Estrella Polar empezaron a retirarse de la cancha rodeados por la polida. EI pelotazo sali a hacia la izquierda y e l Gato Dfaz se fue para el mismo lado con una e legancia y una seguridad que nunca mas volvia a tener. Constante Gau na mira al cie lo y despues se echa a lIorar. Nosotros saltamos del paredan y fuimos a mirar de cerca a Dfaz, el viejo, e l grandote, que miraba la pelota que ten fa entre las manos como si hubiera sacado la sortija de la cales ita. Dos anos mas tarde, cuando el era una ru ina y yo un joven inso lente, me 10 encontre otra vez, a doce pasos de distancia y 10 vi inmenso, agazapado en puntas de pie, con los dedos abiertos y largos. En una mana Il evaba un anill o de matrimonio que no era de la rubia de los Ferreira sino de la hermana del Colo Rivero, que era tan india y tan vieja como e l. Evite mirarlo a los ojos y Ie cambie la pierna; despues tire de zurda, abajo, sabiendo que no Il egarfa porque estaba un poco duro y Ie pesaba la gloria. Cuando fu i a buscar la pelota adentro del arco, el Gato Dfaz estaba levantandose como un perro apa leado. - Bien, pibe - me dijo-. Algun dfa, cuando seas viejo, vas a andar contando por ahf que Ie hiciste un gol al Gato Dfaz, pero para entonces ya nadie se va a acordar de mf. 

 

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